Domiciliación Social de Empresas
Al constituir una sociedad es necesario reflejar un domicilio social que se convierta en el domicilio en el que se recibirá la correspondencia relativa a la empresa

Cuando autónomos y emprendedores inician su actividad por cuenta propia necesitan, en muchas ocasiones, buscar un domicilio social adecuado en caso de que el negocio no esté vinculado a un inmueble u oficina concreto. En algunos casos, es posible que el trabajo se desarrolle desde casa o se desplacen directamente a los centros de trabajo de sus clientes para entrevistarse con ellos.
No obstante, al constituir una sociedad es necesario reflejar un domicilio social que se convierta en el domicilio en el que se recibirá la correspondencia relativa a la empresa y será, además, la dirección de referencia para otros trámites.
Además de fijar el domicilio de tu empresa, hay opción de elegir servicio de mensajería, salas de reuniones, teléfono, wifi, etc., siendo así un lugar seguro y privado para reunirte con tus clientes en caso de ser necesario.
Tipos de domiciliación de empresa
- Domicilio Social: según la Ley de Sociedades, es el lugar en el que se encuentra el centro de su efectiva administración y dirección, o en el que radique su principal establecimiento o explotación. Es el que figura en Escrituras, sean de constitución o una modificación, y en el Registro Mercantil.
- Domicilio Fiscal: según la Ley General Tributaria, es el lugar de localización del obligado tributario en sus relaciones con la Administración tributaria. Es decir, el lugar que informas a Hacienda (AEAT) para recibir las notificaciones tributarias.
- Domicilio Comercial: como no existe definición legal, se podría identificar como el lugar donde atiendes las visitas de clientes y proveedores; donde vendes y proyectas tu imagen.
Estos domicilios pueden estar los tres uno, separarse individualmente o concentrarse dos y uno aparte.
Ventajas de la Domiciliación Social de la Empresa
- Salvaguardas el domicilio personal.
- Reduces costes al máximo ya que no se requiere ningún tipo de inversión inicial y tan solo se pagará un pequeño coste por el servicio prestado en el Centro de Negocios que es infinitamente menor al que se tendría con un despacho físico en la ciudad.
Cuando autónomos y emprendedores inician su actividad por cuenta propia necesitan, en muchas ocasiones, buscar un domicilio social adecuado en caso de que el negocio no esté vinculado a un inmueble u oficina concreto. En algunos casos, es posible que el trabajo se desarrolle desde casa o se desplacen directamente a los centros de trabajo de sus clientes para entrevistarse con ellos.
No obstante, al constituir una sociedad es necesario reflejar un domicilio social que se convierta en el domicilio en el que se recibirá la correspondencia relativa a la empresa y será, además, la dirección de referencia para otros trámites.
Además de fijar el domicilio de tu empresa, hay opción de elegir servicio de mensajería, salas de reuniones, teléfono, wifi, etc., siendo así un lugar seguro y privado para reunirte con tus clientes en caso de ser necesario.
Tipos de domiciliación de empresa
- Domicilio Social: según la Ley de Sociedades, es el lugar en el que se encuentra el centro de su efectiva administración y dirección, o en el que radique su principal establecimiento o explotación. Es el que figura en Escrituras, sean de constitución o una modificación, y en el Registro Mercantil.
- Domicilio Fiscal: según la Ley General Tributaria, es el lugar de localización del obligado tributario en sus relaciones con la Administración tributaria. Es decir, el lugar que informas a Hacienda (AEAT) para recibir las notificaciones tributarias.
- Domicilio Comercial: como no existe definición legal, se podría identificar como el lugar donde atiendes las visitas de clientes y proveedores; donde vendes y proyectas tu imagen.
Estos domicilios pueden estar los tres uno, separarse individualmente o concentrarse dos y uno aparte.
Ventajas de la Domiciliación Social de la Empresa
- Salvaguardas el domicilio personal.
- Reduces costes al máximo ya que no se requiere ningún tipo de inversión inicial y tan solo se pagará un pequeño coste por el servicio prestado en el Centro de Negocios que es infinitamente menor al que se tendría con un despacho físico en la ciudad.